Famoso por su intensidad y sorprendente suavidad al paladar, el Long Island Iced Tea es una mezcla audaz de cinco destilados que se equilibran con jugo de limón, almíbar y un toque de refresco de cola. A pesar de no contener té, su sabor recuerda a uno helado y refrescante, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan una bebida fuerte y bien balanceada. Perfecto para celebraciones animadas o para una noche que comienza con fuerza.